Cada vez son más los millennials que optan por quedarse en las ciudades en lugar de comprar en los suburbios. Pero la compra de un apartamento conlleva algunos pasos más que la compra de una casa. Para que sepas exactamente en qué te vas a meter, lee esta guía de Housers antes de empezar:

1. Compruebe su puntuación de crédito

El peor error que puede cometer en el sector inmobiliario es dar por sentado. No dé por sentado que los bancos le van a prestar una determinada cantidad de dinero. Es posible que no consiga nada si tiene una mala puntuación de crédito.

Cada una de estas tres oficinas de crédito elabora un informe crediticio, que es un historial de sus deudas y de sus pagos puntuales.

Nota: Si está solicitando una hipoteca con su cónyuge, el prestamista hipotecario toma la puntuación de crédito media de la persona con la puntuación de crédito más baja. Por esta razón, puede ser ventajoso que uno de ustedes compre la propiedad por sí mismo y agregue a su pareja a la escritura después del cierre.

Compruebe si hay errores en sus informes

Las agencias de crédito cometen errores. De hecho, cometen errores todo el tiempo. Revise cada uno de los informes y asegúrese de que la información que contienen es correcta. Si no lo es, querrá disputarlo con ellos.

2. Calcular los pagos de la hipoteca

No dedique mucho tiempo a esto. El hecho de que puedas pagar las cuotas de un determinado apartamento no significa que te aprueben la cantidad de préstamo necesaria. Sin embargo, es una buena idea tener una cifra aproximada en la cabeza, así como un área general de compra.

Puede que te des cuenta pronto de que no puedes permitirte vivir en una zona determinada, o puede que ocurra lo contrario y te des cuenta de que puedes permitirte vivir en un lugar más exclusivo.

Las calculadoras de hipotecas hacen exactamente lo que piensas: calculan el importe de la cuota mensual de la hipoteca. Si nunca has utilizado una, hemos redactado una guía rápida para ayudarte a empezar:

4. Obtenga la preaprobación

La gente suele confundir la preaprobación con la precalificación. No son lo mismo.

La precalificación es sólo un hipotético sí. No es una garantía de que un banco le vaya a prestar. Cuando te precalifican, el prestamista se limita a tomar la información que le proporcionas, pero en realidad no echa un vistazo a tus finanzas para verificar tu información. Moraleja: ¡no vaya a comprar una casa sólo con una precalificación!

La preaprobación es lo contrario. El prestamista ha examinado detenidamente sus datos financieros y ha considerado que usted es digno de crédito.

Puede comprar un tipo de interés durante aproximadamente un mes sin que su puntuación de crédito se vea afectada cada vez (las consultas duras perjudican su puntuación de crédito en unos cinco puntos). Encuentre el prestamista con el mejor tipo de interés antes de ir a comprar.

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